Pensamiento De Sócrates
El
hombre es un compuesto entre cuerpo y alma.
Sócrates
dice que el alma es algo que existe dentro de nosotros, pero que no se capta
por los sentidos. Él dice que poseemos alma por lo que somos capaces de hacer.
El alma es sinónimo de alma racional, de inteligencia. Además, el alma tiene
una vertiente práctica, relacionada con lo que nos permite decidir nuestra
conducta. Ésta es la más importante para Sócrates, es decir, la función ética o
práctica. Sócrates está muy preocupado por el problema de la felicidad humana,
la felicidad no está determinada por ningún agente externo (por la voluntad de
los dioses, o por la biología, herencia...), sino que depende de nuestras
propias decisiones. Nuestras decisiones son el resultado de nuestros conceptos,
del conocimiento que tengamos del bien y del mal, de lo justo y lo injusto...
El bien y el mal son objetivos, no depende de lo que nosotros digamos. La
voluntad está sometida a la inteligencia. A ésta manera de pensar se le llama
intelectualismo socrático, es decir, identificar el conocimiento del bien con
la buena conducta, y el vicio con la mala.
La
felicidad no se compra con el dinero ni con el éxito.
La
felicidad consiste en la práctica de la virtud, llevar una vida virtuosa
conforme a los valores morales. Una persona es ignorante en la medida en que no
conoce los límites entre lo bueno y lo malo. La ignorancia es la que conduce a
la desgracia del ser humano.
Una
persona es ignorante porque no encuentra los límites del bien y del mal.
.Pensamiento de Platón:
(Ateniense, discípulo de Sócrates)
filósofo del siglo IV a.C pensaba que el hombre estaba compuesto de cuerpo y
alma. Para él, el hombre es esencialmente alma. Al igual que Sócrates, Platón
dice que el alma es inmortal.
Él dice que el alma (racional) es principio de conocimiento racional, aquello que
nos permite conocer la esencia de las cosas.
Además de alma racional, hay alma concupiscible (es
decir, tendencia hacia el placer).
Alma irascible (es decir, tendencia hacia el poder,
superar las dificultades) lo que se debe hacer y lo que apetece hacer entran en
conflicto. El deber y el placer no son compatibles a veces. Sin embargo, el
alma irascible puede ser aliada de la razón.
Platón dice que “la felicidad es un
estado del alma”. Es feliz aquella persona que consigue la armonía interior,
que se consigue cuando el alma racional controla a las otras dos, cuando somos
capaces de hacer lo que comprendemos que tenemos que hacer, poseemos salud mental.
Platón señala cuatro virtudes para conseguir la armonía: prudencia, fortaleza,
templanza y justicia.
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